Consiste en reducir un texto
de tal forma, que éste sólo contenga cuestiones importantes, las cuales se
caracterizarán por: fidelidad en las palabras, puntos importantes adecuadamente
destacados y que exista conexión entre ellos.
Recoger el propósito del
texto.
Informar de las ideas
principales y secundarias, en orden de aparición.
Deben ser personales. Por
tanto, hay que evitar la copia literal de fragmentos.
Claridad.
Concreción.
Normas básicas para su
elaboración:
No uses expresiones del
texto.
No escribas frases demasiado
largas.
No repitas palabras. Emplea
sinónimos, pronombres y adverbios para reemplazarlas.
No utilices la primera
persona. Si el texto está redactado en primera, deberás cambiarlo a tercera.
Consejos:
1.
Identifica el tipo de texto: narración,
descripción, diálogo, exposición, argumentación.
2.
Si es una narración o un diálogo, no olvides
citar a los personajes que intervienen.
3.
Si es una descripción, procura no ahondar en
los detalles y no reproduzcas los símiles ni las metáforas.
4.
Si es una exposición o una argumentación,
distingue las ideas principales de las secundarias, separa la tesis de los
argumentos.
5.
Subraya la información más importante y rodea
los sustantivos claves.
6.
Divide el texto en partes y resume a continuación
cada parte.
7.
Emplea conectores oracionales para ordenar
los párrafos e ideas.
Por último:
1.
Relee lo que has escrito.
2.
Revisa la ortografía y la puntuación.
3.
Sustituye las palabras que se repitan.
4.
Comprueba que tu resumen recoge el contenido
esencial del texto.
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